sábado, 25 de noviembre de 2017

Los girasoles ciegos de Alberto Méndez

La guerra civil española se convierte en la pluma de Alberto Méndez en una colección de susurros, de historias contadas por fin con la boca abierta, sin eufemismos, y que desnudan fundamentalmente una inquietante verdad: después de toda aquella devastadora carnicería no hubo rastro de victoria alguna, no existió presunto héroe que no hubiese sido fatalmente derrotado. Los rumores broncos y las sílabas miedosas de aquel periodo forman en Los girasoles ciegos un pentagrama frágil, cuajado de notas perdidas y consonantes desgarradas que terminan por evocar una melodía, narrada en cuatro relatos que nos hablan de las vidas que fueron borradas, suprimidas.
El capitán Alegría, un miembro del ejército ganador que el día antes de la victoria se pasa al bando republicano; un joven poeta que huye con su chica embarazada y debe enfrentarse tempranamente al misterio último de la muerte; un preso que se resiste a ser fusilado cubierto de mentiras, y prefiere arrastras consigo a la muerte los falsos y tranquilizadores recuerdos de los verdugos; y un niño que protege celosamente un secreto de las malvadas invectivas de un cura abrasado por la lascivia: los personajes de Méndez componen la memoria de una batalla sin victorias, se reivindican como los perdedores heroicos que toda guerra deja tras de sí. Porque la injusticia de la devastación en ocasiones sólo puede ser contrarrestada por un acto luminoso de justicia poética.

I Premio Setenil 2004
Premio de la Crítica de narrativa castellana 2004
Premio Nacional de Narrativa 2005

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Intemperie de Jesús Carrasco

Un niño escapado de casa escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que lo buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente de aquello que le ha hecho huir. Una noche, sus pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.
Intemperie narra la huida de un niño a través de un país castigado por la seguía y gobernado por la violencia. Un mundo cerrado, sin nombres ni fechas, en el que la moral ha escapado por el mismo sumidero por el que se ha ido el agua. En ese escenario, el niño, aún no del todo malogrado, tendrá la oportunidad de iniciarse en los dolorosos rudimentos del juicio o, por el contrario, de ejercer para siempre la violencia que ha mamado.
A través de arquetipos como el niño, el cabrero o el alguacil, Jesús Carrasco construye un relato duro, salpicado de momentos de gran lirismo. Una novela tallada palabra a palabra, donde la presencia de una naturaleza inclemente hilvana toda la historia hasta confundirse con la trama y en la que la dignidad del ser humano brota entre las grietas secas de la tierra con una fuerza inusitada.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Contra la nueva educación de Alberto Royo

Contra la nueva educación pretende ejercer una crítica racional y razonada a una pedagogía oficial que desprecia el conocimiento y la cultura y apuesta, en opinión del autor, por la felicidad ignorante y la empleabilidad de ocasión.
El autor examina de forma mordaz los principales dogmas pedagógicos posmodernos, y elabora una defensa apasionada, pero no pasional, de la instrucción pública como motor de una sociedad avanzada, idealmente meritocrática y con una sólida base ética que ampare el derecho de todos al ascenso social.
Desde su condición de músico, profesor y ciudadano, Alberto Royo se muestra decidido a presentar batalla, consciente de que sus planteamientos no discurren con viento a favor sino que suponen, hoy, casi un acto subversivo, una provocación.

jueves, 9 de noviembre de 2017

La nueva educación de César Bona

¿Por qué ya no son tan importantes los libros de texto? ¿Por qué hay que relativizar la importancia de los deberes? ¿Por qué se debe educar en empatía? ¿Por qué la educación debe estar por encima de todos los gobiernos? La nueva educación es el testimonio sincero y valioso de un maestro de hoy.
«Cada niño es un universo. Todos los niños son extraordinarios y no basta con llenarles la cabeza de datos, sino que hay que facilitarles herramientas como conocimiento, empatía, sensibilidad y resiliencia para que puedan salir fortalecidos de las situaciones adversas. Deben saber que si se proponen algo y luchan por ello, pueden conseguirlo, y que de ellos depende que el mundo sea un lugar mejor». (César Bona).
César Bona, uno de los cincuenta mejores maestros del mundo según el Global Teacher Prize, el llamado Premio Nobel de los profesores, nos aclara en este libro que ser maestro no es acomodar a los alumnos a unos planes de estudio: todo educador debe adaptarse al motor imparable y entusiasmado de un niño. Hay que motivarles, estimular su creatividad y aguijonear su curiosidad, porque los niños no son sólo los adultos del mañana. Son habitantes del presente. En primera persona, César Bona relata anécdotas, nos cuenta los momentos clave en su vida que le convirtieron en el maestro que es en la actualidad, y nos muestra que la metodología de enseñanza más efectiva es implicarse con los alumnos. Porque el educador es un ser privilegiado, que puede impartir y compartir sus conocimientos de tribu. Porque otra educación es posible.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Pequeño teatro de Ana María Matute

Teatro de títeres: humildes muñecos movidos por la destreza de un anciano bondadoso... Pero seres humanos también, seres que palpitan y bullen en la ciudad, dejando al descubierto sus propias miserias, sus inclinaciones, sus reacciones... En torno a un adolescente desamparado, agítanse las pasiones de seres cuyas ruindades —fantochadas, hipocresía, ambición, crueldad, sueños engañosos— adquieren, a lo largo de la narración y por la lograda delimitación de los personajes, caracteres de símbolos, aunque sin perder en ningún momento su condición humana.

Premio Planeta 1954

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Mis besos no son de cualquiera de Marta Garzás Martín

Dicen que los amigos son como nuestra segunda familia y, en mi caso, es un hecho muy real. Max, Nancy, Patricia y Peter son una parte esencial de mi vida. Puede que les oigáis decir que soy algo alocada, sexy, imponente y muy descarada, pero no os creáis ni la mitad. son bastante exagerados. La verdad es que tengo una vida social y laboral envidiables pero, si hablamos de la sentimental, es un completo caos porque me encanta jugar y eso conlleva ciertos riesgos. A María la vuelvo loca y a mi jefa... Bueno, el hobby de Kenet es hacerme la vida imposible y el mío, conseguir que pierda los nervios. En mi juego de seducción sólo tengo una regla básica: mis labios están prohibidos. Creo que los besos tienen más valor e importancia del que la mayoría de la gente les da: son el reflejo del alma y no se pueden fingir. Por eso yo sólo se los doy a quien considero especial. ¿Tiene algún sentido?