La Guerra de Secesión norteamericana marcó el paso de una sociedad señorial a una industrial y la conversión del país americano en potencia mundial. Sin buscarlo, el crápula Flashman asistirá como testigo de excepción a este hecho a causa de sus devaneos sexuales-amorosos con las mujeres (especialmente con Anette Mandeville) y a su finísimo olfato para meterse en tremendos líos históricos sin pretenderlo.
Si Flashman no hubiera hecho caso a las zalamerías de cierta mujerona, la historia de EEUU no sería como hoy la conocemos. Pero en tal caso no tendríamos oportunidad de leer una de las más divertidas y emocionantes aventuras jamás escritas. Afortunadamente, Flashman es incapaz de resistirse a la más mínima tentación, y estuvo en el momento más inoportuno en el lugar más inapropiado: en Harper's Ferry, justo cuando John Brown y sus fanáticos secuaces están a punto de dar el disparo de salida a una guerra civil americana.
La genialidad nº 10 de Mr. MacDonald Fraser.