Esto es la crónica de unas horas de primavera, iluminadas de ilusión. El descontento acecha; pero todavía la frontera es magia, el destierro paisaje, rosas la pólvora tentadoras bajo el azul.
Hace años de todo esto. Ya no habrá personaje que pretenda coincidir con cualquiera de los que se entretienen barajando sus destinos en la representación de la humana Comedia.
También por eso, me he decidido; me he puesto en jornada y, ahora, a recortar mi segunda salida por los caminos del descontento. Cuando tampoco uno sea vivo testimoni, dé a lo menos memoria de cuanto aquello fue.
La cosa principió antes de nuestra guerra: una mañana tibia, de invierno... Pero atardece; no perduran las hojas y los hombres rescoldan las ansias de vivir. Solo, aduendado en la bruma, el poeta vislumbra quizá un rayo inmortal: Late, corazón... No todo / se lo ha tragado la tierra.
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